Alguien tuvo que hacerlo primero
En el gran holograma de la conciencia cósmica, todo está al servicio de una conciencia mayor. Ejemplo: las partículas subatómicas constituyen los átomos y determinan cómo estos funcionan. Las moléculas comprenden las células de nuestro cuerpo y constituyen como funcionamos y nuestros cuerpos son reflejo del cosmos.
Pocas personas creando un nuevo programa en su conciencia, pueden realizar un cambio radical en el resultado de la realidad colectiva. Así lo hicieron Jesús, Mahoma, Gandhi, Teresa de Calcuta, Martin Luther King. Escogieron vivir de una manera distinta en presencia de los demás, en el mismo marco de la conciencia que deseaban cambiar. Lo que hicieron fue sembrar nuevas ideas en un paradigma existente, crear un gran cambio en presencia de las mismas creencias que nos han limitado en el pasado.
Para hacer lo que hicieron tuvieron que confiar totalmente en un universo que nos da muchas razones para temer, no para confiar. Para encontrar el perdón en un planeta que ha sido entrenado para la venganza, encontrar compasión en un mundo que ha aprendido a asesinar lo que teme o no comprende (esto es lo que ellos lograron superar).
Ellos sembraron su propia semilla de sabiduría, compasión, confianza, amor. Cambiaron el software de la creencia que le ordena al sistema operativo de la conciencia.
Mientras más personas se sumen al nuevo paradigma, a la nueva conciencia, más fácil será anclar esa nueva realidad, esto ya está comprobado científicamente. Esos grandes maestros abrieron las puertas para que otros entremos, porque tocaron los campos mórficos.
¿Qué pasaría si desenfocamos nuestra atención de lo que vemos como realidad?
¿de lo que dicen los noticieros?